miércoles, febrero 28, 2007

Desnudez


Vení. Sacáte la ropa. No tengas miedo. Desnudarse es abrir un telón para que la naturaleza brille.
No te avergüences. Mi cuerpo tampoco salió en Caras y yo sé que no te importa. Sentáte ahí, en el suelo. Apagá las luces del departamento y dejá que la luz de la calle delimiten tus contornos. Quiero que esa luz también ilumine solo la mitad de tu rostro, nada más que uno de tus senos y tu pierna flexionada.
Si hablás, hacelo despacito. Ah, perdón, me olvidaba, soltáte el pelo.
No. Ahora no quiero acariciarte, todavía no vamos a hacer el amor. Quiero hacer lo que toda mujer quiere que le hagan: mirarte, pero en tu estado puro, es ese desnudo que no es otra cosa que tu verdad, tu "yo misma". Quiero rendirte culto con mis ojos.
¿Querés vino? Tengo. Mientras vos lo tomas, y como no sé pintar ni dibujar, voy a escribir. Voy a intentar pincelar un cuadro imaginario para que la fantasía lo exponga en el más despojado de los museos.
Todo se dió. Los autos que de estrepitosos molestan, parecen haber declarado huelga y por la ventana solo se cuela el sonido del viento y del otro extremo de la habitación Chopin me extremece y me roba una lágrima.
¿Qué por qué lloro? Porque esto es amor...
Quedáte ahí, no vengas a mí. Necesito verte desnuda y arrinconada y que la soledad de esta contemplación se acreciente para que al fin me humanice; me reproche que mi carne es débil y así con desesperación me acerque a vos, tal vez llorando aún y pueda por fin penetrar en las profundidades que conducen a los ápices de tu alma.
Y ya está sucediendo, así que voy a dejar caer el cuaderno, el lápiz y también la cordura.

Humor (por Quino)


Humor (por Quino)


domingo, febrero 18, 2007

Otra vez domingo


Se presiona sobre mi pecho. Apenas puedo respirar y mucho menos moverme. Coloca en mis oídos auriculares con voces del pasado y enciende su pantalla plásmica en blanco y negro con veinticuatro tonos de grises y en cámara lenta proyectan el pretérito.
Como un dj de la desesperación mezcla aquellas voces no tan lejanas con las del presente y el futuro para confundirme.
Quiere convencerme, automatizarme a pensar que el amor lo es todo, y que sin él no se puede. Que sin este la vida no es nada y no hay sendero que conduzca a la paz. Los logros personales, las guerras ganadas y los trofeos de la perseverancia son directamente intangibles.
Me llena de hastío. Cierra mis labios y me hace apretar las muelas con fuerzas indecibles.
No hay más música que el susurro del viento Zonda que seca la piel, produciendo una sed de eternas veinticuatro horas.
Eso es lo que me produce el domingo por la tarde.
A esto me lleva.
No hay libertad, solo cautiverio.
No hay amor, solo desidia, dolor, penar como un alma sin tumba, vagar como un perro solitario y hambriento que olfatea algunos terrenos baldíos olvidados y de yuyos inmensos donde esperar el infierno resignado a lo que viene.
Maldito domingo por la tarde. Por lo menos dejáme dormir.
No quiero pertenecer en tu puta estadística.

viernes, febrero 16, 2007

El bombón asesino


Protesto. Así no se puede trabajar. El director de este diario cree que uno es insensible, que uno es de palo.
En nuestra reunión de contenidos me propuso hacerle una nota a una modelo y recién coronada Miss Tucumán y me negué rotundamente. De verdad prefiero hacerle una nota a Olijela Rivas o a Parajón porque esto es insano.
Pero lo que el director sugiere es decreto.
Su nombre es Constanza Torasso. Tiene 19 años de historia y cualquier hombre podría aguantar otros 19 años pero de histeria (aunque no la tiene) si el premio es su presencia.
Se trata de la menor de tres hermanos y parece que mamá no engendrará una cuarta Torasso. Fea la actitud. Ah, desde hace cuatro años (y contando) está de novia. Otra vez, fea la actitud.
Estudia Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT rayando ya un tercer año que será de definiciones y si finalmente egresa tendremos una invasión de Conty por todos los medios: aprobó la materia Periodismo con una calificación de nada menos que 8 puntos lo que no es poco y da evidencias de que puede llegar a ser una buena periodista.
Trabaja, además como modelo en la agencia New Face y eso fue lo que la llevó a Santiago del Estero a concursar para Miss Tucumán y arrasó. Ahora se perfila de la mano de su mamá, la mujer que tramita todo, para viajar a Buenos Aires y competir para llegar a Miss Argentina. Y por qué no soñar con subir un par de escalones más. Conty (ya entré en confianza) tiene chances para participar en la pugna por ganarse el título de Miss Mundo.
Una de las redactoras de nuestro diario comenzó una entrevista que no llegó a su formalidad total, por lo que tuve que empezar de nuevo con esta niña, hasta ese momento desconocida para mí. “¿Qué es lo que te falta saber de mí?”, comenzó preguntando. “¿De vos? Todo”, contesté. “Empecemos entonces”, invitó.
Dijo estar acostumbrada a las entrevistas dado que las modelos, en sus presentaciones, son constantemente requeridas.
De poco la charla se adentró en su coronación como Miss Tucumán y confesó haberse sorprendido con el veredicto.

¿Contenta?
Sí, obvio. Contentísima de poder representar a mi provincia y ojalá a mi país.

Error: Constanza ya había pasado por tantos medios que tenía el “casette” puesto (coloquialismo que utilizan los periodistas cuando el entrevistado tiene un discurso armado y sistemático). Hay que descontracturar a esta chica.

¿Vivís todo el día arreglada? (Me refiero a cuando estás en tu casa).
Cuando estoy en mi casa estoy cómoda. Pero siempre me gusta estar bien teniendo en cuenta cada ocasión.
¿Qué es estar cómoda en el catálogo de una modelo?
Estar cómoda es estar con ropa holgada y zapatillas.
Yo siempre quise escuchar de una modelo “me pongo un short rotoso y gastado y una remera con la que duermo desde los 15 años y ni me peino”.
¿Sabés qué? Así es. (Risas).

Suficiente. Ya estuvo bien hablar de ropas o, en este caso, harapos.
le dije a Constanza que hablemos de hombres y contestó con un categórico “¡¡Chan!!”.

Cuando vas a una disco debe haber mucho chico que invita a bailar...
Cuando salgo a bailar salgo con mi novio. Con mis amigas siempre salimos a comer.
Hay un control ahí...
¡Sí! (Se ríe). Él es mi guardaespaldas.

Insisto: fea la actitud.
Averiguando un poco más, salió a la luz que Conty (Títí, le dice su mamá y a esa la escuché) además de estudiar, modelar y ser una especie de bombón asesino, tiene dormida una veta artística: la literatura, en este caso, la poesía. Sí. Dios bendijo a su novio con una modelo que además le escribe poemas. (Seguro que este pibe compra el Telekino y se lo saca).

Después de toda esta charla, al día siguiente se dio la peor parte de esta nota: la producción de fotos que ustedes están viendo. Constanza era el epicentro de las miradas. Paula Carlino, la fotógrafa, al ver a Conty se sorprendió en primer lugar de su piel perfecta, su cintura dibujada por Salvador Dalí después del mejor día de su vida, y sobre todo, el fuerte de esta chica, el atractivo mayor, sus piernas.
Esta modelo era una especie de pozo petrolero y con ella se podía volar artísticamente pues Constanza Torasso además de ser bella captaba las ideas sin esfuerzo alguno. Por esto es que este humilde cronista se anima a anticipar que la dueña de esta nota tiene talento y, por ende, futuro.
La producción continuaba y a medida que avanzaba Conty casi no hablaba, escuchaba a la fotógrafa y a mí dirigir la producción y casi ni nos miró durante dos horas: toda su concentración estaba puesta en la lente de la cámara que registraba la invalorable proyección de su cuerpo.
¿Te operarías algo?
Ahora no. Pero creo que más adelante pensaría en las lolas.
Y... ¿te pondrías las plumas?
No. A mi me gusta modelar. Eso no es para mí.
Pasaron dos horas de ver a Constanza y la producción fue un encuentro distendido, con muchas risas y chistes de todo tipo.
Esta nota fue un verdadero martirio. Constanza es una femme fatal de las que ya no vienen y así no se puede trabajar. Renuncio.