lunes, noviembre 26, 2007

Pretérito



Retornando por las sendas de un pretérito perfecto no muy lejano, recordé a mi mismo o al que fui hace tan solo unos meses transitados predicando (o escupiendo) el sentido de la vida y el secreto de la felicidad.
Si, me vi proyectado en imagen contrapicada, magnánimo como un estadista o un Luther King, con el dedo en alto y el semblante impertérrito, rebozante de emoción para las ancianas y de esperanza para los jóvenes.
Más sonido alguno no percibo.
Los sucesos del hoy por hoy suprimieron mi prédica y acaso han hecho de mí un Simón que niega a ese de hace dos meses mil veces por día antes que el gallo cante.
La perseverancia y la exploración a los rincones ocultos de mi mente es vana y como un buzo en aguas turbias apenas puedo tantear las profundidades de esa memoria que parece haberse ido.
Era yo, ¡si era yo aquel..! y ya no soy.
Pero vos estás aquí, detrás y delante de mí, al neciente y al poniente despreocupada de las hogueras donde arden los libros de mi memoria, receptiva a todo lo que de mí hoy (ahora) brote, y acaso te perfume.