lunes, marzo 31, 2008

La retórica de los perdedores



-Es que nosotros, los que no nacimos "lindos" vamos a sufrir siempre. Porque nos enamoramos de las más "lindas" ¿entendés?
-No.

-No soy de esos pibes que entran al laburo o a la facu y al boliche, y las minas se dan vuelta para mirarte.

-Bueno, pero tenés otros atributos. Sos un pibe inteligente.

-¿Sirve?

-Claro, boludo...

-Yo creo que no.

-¿Por qué?

-Porque yo puedo estar con una mina desplegando mi inteligencia, pero entra el grandote, que se viste con toda la onda y sus manguitas cortas le dejan ver los brazos trabajados y la espalda y hombros anchos y la minita se va con él.

-Pero te contradecís, porque vos dijiste una vez que las minas pierden por el oído y los varones por la vista.

-Si puede ser... Pero pasa que cuando a un pibe feo se enamora de una mina, por más chamullo que tenga no se lo puede decir y, ¿sabés qué? termina siendo su amigo. El chabón hiperfachero, cuando se enamora, tampoco se lo puede decir, pero corre con la ventaja de que la minita lo está deseando de alguna forma, ella está dispuesta de antemano. Si están, por ejemplo bailando, la minita lo va a rodear el cuello con los brazos va a acercar la trompita y el pibe por inducción le va a comer la boca. En cambio yo, voy a dar mil vueltas y no le voy a decir nunca.

-No sé...

-¿Sabés que es lo peor de todo?

-No, qué...
-El pibe feo se va a hacer tan amigo que la minita lo va a invitar a bailar una noche, con él a solas o con las amigas, no importa. Ponéle que coincidieron en una fiesta o boliche juntos. La minita va a ver un pibe que le gusta, y cuando le dé cabida, van a empezar a chamullar, y después van a andar a los besos, y al pobre pibe, por feo, se le va a partir el corazón.

-Bueno, pero la mina está en su derecho, aparte el pibe nunca le dijo nada.

-Por supuesto, pero yo no me estoy enfocando en la mina; yo te cuento cómo es la pobre vida del feo que se repite desde la adolescencia hasta la resignación, que me pregunto cuándo carajo llegará...

-¿Y qué onda si el chico al final se anima y se le declara?

-No, no se le va a declarar; le va a contar, que es muy distinto. Le va a decir todo lo que siente pero no le va a hacer propuesta, porque el feo viene con el autoestima baja.

-¿Y después?

-Eso, lo que te dije antes. Va a terminar siendo el amigo, y el ciclo empieza otra vez. Supongamos que se ponen de novios. Ella decide hacerlo porque el pibe es "bueno". Se va a terminar yendo con otro, tarde o temprano. Porque el pibe la va a cuidar y le va a dar todo lo que quiera, y eso no les gusta a las minas. Lo más probable es que la mina ande por ahí un tiempo, con otro o algunos hombres. Seguro que se va a lastimar, mucho. Y un día va a volver.

-Qué se yo... ¡Mozo!, ponga música... y no le sirva más vino a este.

viernes, marzo 21, 2008

Trovador de samplers y loops


Lisandro Aristimuño se disponía al trabajo (para él grato) de contestar mails a los que lo escucharon y después le escriben.
Hijo patagónico de Río Negro, músico independiente, reincidente de las mixturas que permite la era digital, grabó tres discos "Azules Turquesas" en 2004, "Ese asunto de la ventana" en 2005 y "39°" el año pasado y como premio recibió el suspiro de los sensibles, y el respeto de los muchos músicos.
Anoche tocó por primera vez en Tucumán, en un "set solo", un show sin banda y fue toda una experiencia.
Un rato antes, estuvimos charlando.

-Cuando le pregunto a alguien si escuchó a Lisandro Aristimuño me responden conla automática pregunta “no, ¿qué hace?”
A mí resulta complicado saber poner en palabras lo que hago musicalmente. Si hayalgo que me gusta de la música es eso. No la podés encuadrar y es algo que vapor un lado más espiritual y más sentimental, así que ponerle estilos me parece medio radio.
Cuando me preguntan qué hago, respondo que es una mezcla de muchas cosas electrónicas. Me gusta mucho el pop, hago muchas cosas rock, hago cosas del folklore del mundo. Siempre digo que lo más importante es la canción. Tiene que ver con lo que la canción me pida, me entrego a la canción que es la que manda en mi música.

-¿La canción viene de el ejercicio diario de ponerse a componer o cuando la musa lo mande?
Son etapas. A veces no me sale ninguna canción y estoy dos meses sin poder componer o compongo y no me gusta lo que hago. Pero hay etapa en las que quizá en un mes hago diez o doce canciones. Depende de lo que me esté pasando en la vida.
A veces mi vida está muy normal, y a veces me pasan cosas fuertes y cuando tengo algún choque emocional es como que tengo más ideas.

-¿Cómo fue el hecho de no haber entrado tanto a la Argentina y si en otros países?
No me enoja. Aparte no siento que tenga más reconocimiento afuera que acá. En Buenos Aires me dieron una bienvenida increíble, la prensa y la gente. La misma gente me está ayudando a promover mis conciertos porque no tenemos una estructura de producción y artística económicamente fuerte. Soy independiente y todas las fechas junto a la gente que trabaja conmigo son de autogestión y se hizo así como una cooperativa de trabajo. También tengo la suerte de que en Argentina la gente que me va a ver me ayuda mucho a publicitar mis canciones, graba discos, se los lleva a los amigos, se lo muestra al padre y se arma una cadena interminable y eso es impagable. Son cosasque se están dando por la música y no por otro medio, ni comercial, nitelevisivo ni radial.

-¿Uno de esos soportes fue tu blog?
Si, la verdad funciona bastante bien. También el myspace, y la página web. Mucho internet y mucho de gente que cuando termina el show me dice “voy a traer un grupo de amigos porque le va a encantar”. Entonces es una cosa que se expande como el agua, y lo que más me gusta es que se debe a la música en sí. No hay otra cosa comercial que lo motive. Me sorprende también que hay gente que conoce mi nombre pero no me conoce físicamente y eso es alucinante. Tiene que ver con que no es necesario que me conozcas físicamente. Si te gustan mis canciones y me ubicás por mi nombre es lo mejor que me puede pasar. Por ejemplo ir por la calle y que nadie sepa quién soy y cuando digo mi nombre me dicen “ah, sos vos, tengo tus discos”. Realmente me parece que es lo lindo de todo esto que nos está pasando con la gente que trabajo, de cuidar mucho la música, de no bastardearla, no vendiéndola como una lata de coca cola, sino mucho respeto a la música.

-Este verano mientras estuve en un camping de Humahuaca, una mañana me puse atomar mate y tocar con la viola algunas de tus canciones y de pronto gente delas carpas aledañas comenzaron a acercarse a cantar y se las sabían a todas…
Mirá vos… Esas cosas a mí me hacen muy feliz. Me hacen seguir adelante. No me hace seguir adelante saber cuántos discos vendí, sino esto que vos me contás.

-En la entrevista que hice el año pasado te pregunté por la música que más tegusta, ahora, teniendo en cuenta tu discurso y tu retórica, me gustaría saberqué lees.
En realidad no soy un gran lector, debo admitirlo. No soy un tipo que está leyendo todo el tiempo o de un libro por mes. Incluso hay libros que nunca terminé de leer. Lo que siempre leí, desde que empecé a interesarme en las letras y en la poesía de mis canciones y un poco para influenciarme y llevaradelante las canciones, es Alejandra Pizarnik. Es una gran influencia en misletras y en mis canciones, tienen sonidos sus palabras.

-¿Los tres discos que te llevarías a la isla desierta?
Uh, ¿son tres nada más?… es muy difícil…

-Bueno, los que quieras…
Uno de Peter Gabriel, creo que “Us”, (esperá, estoy mirando mis discos). Alguno de Radiohead, creo que Kid A, que me parece un buen disco. Seguramente alguno delos Beatles, que sería Revolver, alguno de Bob Marley y alguno de Charly García, seguramente.

-¿Te gusta mucho?
Charly es el músico más grande de Latinoamérica. No solo admiro mucho su música sino que soy un fan total de él.

-¿Lo conocés?
No. Tampoco me darían muchas ganas. Digo, lo respeto mucho. Me gusta su música ysus discos y con eso ya estoy lleno, con eso me basta. No me interesa conocer la persona. Quizá también tengo un poco de miedo a que me desilusione un poco. Me parece que la música que hace es tan grande que con eso ya me conformo.

-Después de que el disco ya salió a la calle, ¿te pasa que lo escuchás y encontrás cosas que te hubiese gustado cambiar?
¿Sabés que no? No pasó con ninguno de los tres discos. Debe ser que el hecho deser el productor de los tres discos y trabajarlos con tanta antelación hace que pueda ir escuchándolos en los viajes, en los autos, o voy a la casa de algún amigo que me aconseja. Tengo gente muy allegada que son productores incondicionales e inconscientes. A la hora que ya están me desprendo de ellos, incluso ni los escucho o los escucho muy poco. Ya quedan con su vida propia. Ellos tienen su vida y van por ahí.

-¿Cuál de los tres es el que más cariño le tenés?
Es difícil tenerle cariño a uno solo. Porque son etapas de tu vida. Creo que los tres son muy fieles a los momentos que viví en mi vida son como el reflejo de todo lo que fui viviendo entonces si elijo uno es raro. Hay algunos que no tienen lo que tiene el otro. Cuando presenté 39° dije que como que había terminado una trilogía.

-39° para mí tiene un sonido más visceral. Lo siento más duro a ese disco…
Puede ser. 39° puede tener que ver con lo urbano, con el hecho de estar viviendohace 6 años en Buenos Aires y creo que si hay algo que tiene la ciudad es eso, los sonidos estridentes y duros, las sonoridades de la calle, los bondis, las bocinas, es como todo muy duro y creo que todo eso me entró por algún lado y se reflejó eso en el disco. Por ahí Azules Turquesas es mucho más cálido porque se hizo en el sur, el interior y como que tiene un sonido más natural.


domingo, marzo 16, 2008

Vivir de la luz roja















Luz ruja en el cruce de las dos avenidas. El balde espumoso descansa sobre la platabanda y el limpiavidrios absorve el agua que lavará el parabrisas. Las uñas casi desintegradas por el detergente y la cara sucia.
Unas cuantas monedas y a veces una sonrisa refleja alegría y, a la vez, expone las caries que evidencian el olvido propio y el de una sociedad. Son los pibes del semáforo, los que limpian parabrisas a cambio de una moneda.
Salta y Sarmiento de la Ciudad Histórica de San Miguel de Tucumán. Son casi las seis de la tarde y cinco chicos lavan los vidrios. Estefanía y dos pibes más prefieren no hablar. Ezequiel de 17 y Ezequiel de 13 tienen ganas. Trabajan aproximadamente 6 horas diarias. El más grande de los dos, con lo que gana ayuda a su mamá para darle de comer a sus hermanitos. El más grande tiene 6 y el más chico tiene 5.
“La gente nos trata mal porque creen que les vamos a robar”, dice el más grande de los dos. El más chico describe: “hay gente en autos de lujo que nos da cinco o diez centavos”. “Algunos no te dan ni las gracias”, dice Mario, uno de los que no quería hablar, pero que se arrepintió. Según contaron, muchas veces son víctimas de robos por parte de chicos más grandes “que andan ‘bolseando’” (drogados con pegamento). “Una vez vino la policía a llevarnos a nosotros porque pensaban que éramos los que robaban”, explica Mario. Ezequiel, el de 17, explicó que a veces, cuando puede compra el diario y mira las ofertas de trabajo con la esperanza de algo mejor, “pero cuando me presento para un trabajo me ven la cara y me dicen ‘vení otro día’ y voy varias veces pero siempre me dicen lo mismo. Me tienen como perro de la calle”, relata.
“¿Les gustaría estudiar?”, se les preguntó y enmudecieron. “Yo prefiero venir a laburar y no estudiar, porque acá consigo plata y la necesito. Tengo que mantener a mi hijo”, justifica Mario.
A pesar de la búsqueda en los cruces de avenidas más importantes, en las únicas dos donde había chicos limpiando vidrios, era en Salta y Sarmiento y Coronel Suárez y Gobernador Del Campo. Allí cuatro chicos más a la vez trabajaban. También, en este caso, costó el acceso a sus palabras.
Eran Gonzalo de 20 años y Cristian de 18, y otros dos chicos de la misma edad que prefirieron no identificarse. Todos ellos de la conflictiva villa La Costanera, contaban los pormenores de su trabajo: cuanto cuesta el detergente, como disolverlo para que rápidamente limpie los insectos pegados en el parabrisas, cuantos tiempo debe se debe dejar al detergente para que actúe.
“Algunas personas son malas y otras buenitas. Hay quienes se bajan y te quieren ‘manotear’ y hay veces en las que te demandan (a la policía) por tocarles el vidrio. Otra gente nos regaló zapatillas y bolsones con mercadería... Para las fiestas es lindo porque llevamos de todo para la casa”, explica Gonzalo. “Cuando me hacerco a los autos a limpiarles el vidrio, hay gente sube las ventanilla y pone los seguros porque creen que les vamos a robar y eso se siente feo”, describe Cristian. “Ellos piensan que por ejemplo nosotros le podemos robar el celular y si lo vendemos nos van a dar 100 o $150, pero nosotros con el lavado llevamos para comer todos los días y por semana hacemos mas o menos esa plata. Vos tenés que saber que el que viene a laburar acá no es chorro, porque a los ladrones les gusta la platita fácil y no trabajan,”, interrumpe. A la vez reconoce que otros conductores les gritó “vayan a laburar” y la repuesta de ellos fue “denos laburo usted”. “A quién de nosotros nos van a dar trabajo si algunos no saben leer ni escribir”, protesta.
Gonzalo y Cristian llegaron a terminar la primaria, los otros dos no. “Sería lindo leer y escribir, pero yo tengo que llevar comida a mi casa”, dice Gonzalo.
Cuando me se acerqué a los ocho chicos en las dos esquinas, el temor se apoderó de ellos. La desconfianza y el miedo a la policía los mantiene en alerta. Las charlas fluyeron y de a poco ganaban confianza para hablar. Al final, sonríen y al saludar, lo hacen con un apretón de manos pero empuñando como lo hacen los púgiles de las pulseadas. En ese momento, una chica de unos 20 años que con un bebé en los brazos pide monedas a los conductores, se me acerca y pregunta: “¿qué usted viene trayendo algún plan?

viernes, marzo 14, 2008

El insistente


El llamado activa las hormonas, pospone cualquier plan, supera las inclemencias del tiempo; hace a la montaña caminar hasta Mahoma.
El encuentro se realiza y el muchacho solo espera paciente cual araña el momento oportuno, aunque no sabe dicernirlo.
Luego viene la disco, el movimiento cortejante de los cuerpos, el alcohol que despide a las inhibiciones y las miradas que desnudan.
Y la paciencia se termina, la jauría ataca cual represión a una protesta. Y viene el inesperado “no, bailemos, solo bailemos”.
La anciedad y el deseo mutan, ahora todo es desprecio. Ya no es lo mismo estar con ella, ya no dan ganas de acompañarla a casa y el en caso de que se lo haga, no se habla.
Y se hace el recuento, muchos pesos gastados, de alguna manera “invertidos”.
Molestia. “Nunca más”, se dice. Arrepentimiento.
Y la única palabra que se habla y escucha en el lecho de la desidia es “tendría”.
Afortunadamente algunas veces viene el sueño, cuando no se le anticipa el llanto.
Pasan los días y se olvida. Y a los pocos meses, vuelve a sonar el teléfono, y el ciclo comienza una vez más.

jueves, marzo 06, 2008

El encantamiento mutuo de los cuerpos

























Fragmento de "El héroe sin nombre" de Rodolfo Rabanal.
“Aquello que más me atraía, y que sigue atrayéndome, es ella y la red tejida por ella a mi alrededor. Lo que más me repugna es la situación general que enmarca nuestras vidas y mi propia debilidad, mi propia licencia, mi propia proclividad a la sumisión “mimética” donde destaca, como una espina, mi incapacidad para llevar adelante un proyecto que tanto anhelé hasta hace apenas treinta días.
¿Es posible que lleguemos a sentirnos ahítos, atiborrados de amor? (he decidido utilizar la temible palabra, después de todo, aunque con todas las reservas del mundo). ¿Es natural que la constante e íntima presencia de la persona más deseada nos empache de ella misma sin que por eso deseemos perderla? ¿Es inevitable que la completud erótica desplace, elimine, o –en el mejor de los casos- postergue todo proyecto, toda tarea, toda ambición que no esté íntimamente relacionada con esa completud? Naturalmente, ha de ser por eso que toda organización humana se apoya en la existencia de leyes, límites, prohibiciones, símbolos. Qué espanto. Nada parece ser menos correcto e innecesario, para el desarrollo de la voluntad constructiva y organizadora, que el encantamiento mutuo de los cuerpos.
Días completos (no exactamente, yo debía arrastrarme hasta la oficina y ella debía arrastrarse hasta sus pacientes al límite fijado por su horario). Días completos, de todos modos, días sucesivos, perfectamente encadenados a la repetición innovadora de “lo nuestro”. Durante días enteros viví en su cueva, examinando sus hendiduras, explorándola toda, sondeando como un buzo en las aguas profundas olvidadas del sol. Yo fluía dentro de ella, me vertía. Ella me alimentaba como a un niño como a un niño de pecho. Comíamos en la cama, en el piso, sobre la mesa, a cualquier hora. Una noche soñé que me depuraba hasta desaparecer. Una tarde nos disgustamos hasta trenzarnos en una pelea quizá un poco más dura, un poco deliberadamente “teatral”. La insulté y me insultó, la tomé de los pelos y la eché bruscamente encima de la cama. Me resulta imposible recordar el motivo de la gresca, sólo sé que después –aún en medio de cierta violencia, también un poco “teatral”- la posesión fue perfecta como nunca lo había sido antes, o así me pareció.”

lunes, marzo 03, 2008

Ausencia



















Los reproches giran en torno a la ausencia, y la ella misma se convierte en la presencia más notable. Es por ello que el amor se forja en la presencia y se establece en la ausencia hasta que finalmente se desvanece como la bruma, lenta o velozmente.