jueves, agosto 30, 2007

Damas y caballeros: ¡Rubén "el Negro" Rada!


Imaginá que tenés 64 años. Hacé de cuenta que naciste en 1943. Supongamos que sos músico, por instinto, que está en tu naturaleza. Imaginemos que sos un amante del rock, del blues, del jazz y de la música latina.
En la década del 60 hubieses escuchado, hecho todo un hombre, a unos pibitos de Liverpool y de seguro te hubiesen conquistado, y así la música, cualquiera sea el género, y generalizándola como única, te hubiese llevado a tocar por el mundo.
Eso mismo le pasó a Rubén Rada. Tiene 64 años y vio nacer mucha música, y aunque el candombe era antes que él, él mismo fue quien lo intrudujo a los diferentes estratos sociales y culturales, pues “esa era música de negros”.
Formó El Kinto Conjunto, junto a un mítico músico uruguayo llamado Eduardo Mateo, quien el 16 de mayo de 1990 pasó a la eternidad, y con quien Rada creara el llamado “candombre beat”.
Así también el jazz pasó por él y cual género se le haya ocurrido.
Sus temas se tocan en el mundo entero, habiendo sido grabados por personalidades musicales internacionales del nivel de Milton Nascimento, Lanny May y Herp Alpert. Rada fue invitado por Jon Anderson y Joan Manuel Serrat a participar de sus discos “Deseos” y “Utopía” respectivamente.
Si bien es cierto que “el Negro” es conocido por su simpleza y naturalidad entrevistarlo da temor. Claro, el temor ese del que se habla en la Biblia.
Esta vez la entrevista fue realizada vía chat, y aún así, tan solo con el monitor de frente, las estructuras son demolidas por la presencia real o metafísica de este hombre al que conocerlo implica sostener toneladas de tablas de escenarios y de todo el mundo.
Inicio sesión y veo un nombre allí.
“Hola, aquí el periodista tucumano ¿ahí?”, pregunto. Hola soy Faby (su agente de prensa), responde y empiezo a comerme las uñas.
- Juanpi dice:
(Espero)
- Faby dice:
- Dame un segundo y ahora arrancan
- Juanpi dice:
- Tranquila. No hay apuro...
Mentira, quiero hacer el reportaje ya.
- "Hola Juan, aqui Rada"
- ¡Hola negro..! ¡Aplausos! Perdón... ¿te jode que te diga negro?
- No, me jode el aplauso... (y ríe)
- Uhhh, cagué la nota... Otra vez por Tucumán, Negro.. ¿Qué vamos a escuchar?
- La conjunción que se da entre la banda de Malosetti y Rada, y las canciones de un disco que ya estamos mezclando en Buenos Aires de cuatro shows en vivo en La Trastienda. Música mía, música de Malosetti y dos grandes músicos como Giunta y Hernán Jacinto"
- ¿Qué queda de la mezcla del jazz que hace Javier (Malosetti) y el camdombe que hacés vos? Digo, ¿cuál es el resultado de eso?
- Es bueno, muy bueno; porque tampoco Javier es un jazzero radical. El juega con el jazz puro pero cuando toca su música, tanto la música de él como la mía, están empapadas de influencia latina.
- Pero el Rada "musico popular y murguero" no queda detrás de un Rada influenciado por la perfección de estudio de Javier?
- No, porque yo también tengo influencias jazzísticas dentro de mi música. Los primeros discos que yo grabé tenían mucho de jazz. Por ejemplo, por decirte una canción a mi hija "Lucila 2" está en el disco En Familia. También tenés que acordarte de todo el trabajo que hice con OPA en Estados Unidos o Montevideo 1 y 2. Ahí vas a encontrar un Rada bien World Music. No te agarres de Quien va a cantar o Alegre caballero que son discos para que el pueblo baile. Hubo una época que mi música era bastante elitista y después de Cachorro López cambió.
Pero eso está dentro de mí siempre. No me olvido de tocar buena música, aunque grabe discos “comerciales”.
- ¿Es cierto que no estudiaste nada de música?
- Te llegó tarde el chisme... Digamos; tengo 64 años, hace 54 años que soy músico intuitivo"
- ¿Qué estás escuchando de música hoy por hoy?
- Hoy por hoy escucho bastante música uruguaya. De los grupos de acá y como siempre, Eduardo Mateo, los Beatles... y por mis hijos escucho María Carey, Living Colour, y después escucho tango, Charly, Fito, Malosetti... los grandes. Mariano Otero con su banda de jazz, Fernando Cabrera...
-Nombráme tres discos fundamentales para Rubén Rada...
Magic Time de Opa; Spectrum de Billy Coban y el disco blanco de los Beatles, ese es infaltable, no puede faltar en ningun hogar.
-Por TV y a través de tu música siempre te conocimos alegre y feliz ¿Sos así todo el tiempo?
¿Te la contesto pscicológicamente o musicalmente?
-Las dos...
-No hay ninguna persona que esté siempre alegre. Si fuera así sería un insensible; un irrealista que no ve lo que pasa alrededor. La vida son matices. Pero la verdad es que soy más sensible y triste que alegre.
Soy una esponja y todo lo malo que pasa en el mundo me lo chupo. Pero cuando salgo a trabajar o a hacer notas en televisión o radios automaticamente me pongo de buen humor porque es parte de mi trabajo...
-¿Y hoy cómo estás? (más allá de hacer esta nota)...
Estoy alegre porque estoy haciendo una nota, “je”
Lo que te quiero decir es que el show de Malosetti y Rada tiene todo lo que puede esperar una persona que va al Teatro y quiere escuchar buena música, emocionarse y reir. Dos personas con mucho carisma y sinceras con el público.
-¿Cuáles son los mejores recuerdos que tenés de Tucumán? ¿Locro y empanadas tal vez?
Si de eso, pero también de Ronit Keter y su familia que cada vez que voy por ahí me hacen sentir tan bien... y una simpleza... como están las minas...
-Y cómo están las hijas de Ronit...
Por lo que veo en la foto estás muerto con la más chiquita. Por tu foto veo que sos joven.
-Si, pero Maia no me da bola y se fue a estudiar a Buenos Aires.
¡Compráte un saxofón y la vas a conquistar! es una familia muy musical...


Lo que sigue mejor ni escribirlo. O mejor sí escribirlo.
Lo que sigue se dará esta noche en Plaza Independencia desde las 21 en adelante.
Lo que sigue es la impresión de haber mantenido un contacto con cualquier pibe de mi barrio, pero músico, que vuelve a visitarme después de varias décadas de recorrer el mundo haciendo bailar a la gente, incitando a esa gente a gritar cada vez que se lo vea “¡tocá, che Negro Rada!”

¿Qué piensa la empresa de vos?



No importa cuánto trabajes. No importa lo bien que trabajes. No importa lo mucho que le sirvas a la empresa. No importa lo mucho que te gusta tu trabajo. No importa lo poco, lo normal, o lo mucho que te paguen.
Para el grupo económico, el gerente general, y sobre todo, el contador vos no sos una herramienta por la cual la empresa se beneficia, no sos una persona, más bien representás un GASTO.
WELCOME TO THE BUSSINESS WORLD.

(Estoy pensando ponerme una verdulería en el barrio... De seguro no me voy a sentir tan poca cosa)


viernes, agosto 24, 2007

Después de todo este tiempo

Después de que en mis ojos se repararon las goteras.
Después que de las crisis a oscuras bajo la cama.
Después de haber sanado la locura en el hospicio entre Napoleones y Parches Adams.
Después de verte ir caminando sobre las aguas de un mar abierto.
Después de darme cuenta que en la del podio era un doble tuyo y no vos.
Después de litros de tintas y kilos de papel.
Después de sonatas de pianos tristes.
Después de haber dejado la marca de mis rodillas en iglesias que nada que ver.
Después del naufragio,
después de tanto pero tanto tiempo,
anoche vi en sueños,
tras una puerta de vidrio,
con la cabeza gacha y sin mirarme,
durante unos segundos
a ese viejo amor.
Pero después de tanto tiempo
y pensándolo bien,
aunque sea así, en sueños,
dejé la puerta de vidrio cerrada,
di media vuelta en la entrada,
y me fui,
como hace tanto tiempo,
te fuiste vos.

jueves, agosto 23, 2007

Tips


(De algunasverdades.blogspot.com)



Todo lo que tenés que hacer en una primera cita si vas a querer que ella te vuelva a llamar:

1. Dale sexo oral.
2. Mirála mucho.
3. No la mires tanto.
4. Desvestila con desesperación y seguridad, todo junto.
5. Decíle cosas lindas.
6. Decíle las peores chanchadas.
7. Mirála de nuevo.
8. No tanto.
9. Llevá el ritmo.
10. Seguí su ritmo.
11. Escuchála.
12. Sé un poco indiferente.
13. Sé un poco cariñoso.
14. Si usás slip, que no lo vea.
15. Tocála.
16. Mirála con ganas.
17. Cogela bien.
18. Procurá que acabe.
19. No ronques.
20. Y nunca te confundas su nombre.

Todo lo que tenés que hacer en una primera cita si vas a querer que él te vuelva a llamar:

1. Decíle que la tiene muy grande.

martes, agosto 21, 2007

Síndrome de sábados por la mañana


Sábado 9 AM. Mis ojos se dejan abrir y contemplan el cielorraso. Doy un par de vueltas en la cama hasta que mi cuerpo cansado de estar horizontal se levanta del lecho.
Las cortinas abren paso a una vista verde y húmeda del cerro, mimado con caricias de nubes.
G. cumple años esta noche. Voy a bailar con ella, voy a tomar mucho alcohol y después voy a hacerle el amor como para que no se olvide.
Mámá cose en su taller de costura. Me doy cuenta por el constante ruido de la máquina de coser.
Le lavo algunos platos y vasos que quedaron de la noche anterior, mientras pongo en el fuego la pava. Bandeja de acero inoxidable, mate de madra, bombilla, termo y yerba. Sahumerito de coco. A la mesa.
En el living de mi casa armé todo un microcine. TV de 31 pulgaas, DVD y un equipo de audio con sus altavoces estratégicamente acomodados para el surround. La verdad es que alcancé a armar una importante colección de cd's y dvd's musicales. Hay unos dos mil discos y muchos dvd's que aún no conté.
Allí sentado comienza mi gran día de descanso. Música, mate y más música. Entre canciones le cebo unos amargos a mamá que abrió su puerta de modo de escuchar la música que pongo. La escucho cantar. Rock, folk, jazz, pop, blues y los infaltables tango y folklore.
En medio de eso noto cierta invitación de parte de los músicos proyectados en la pantalla de mi TV así que traigo mi guitarra y me uno a ellos en sus conciertos. Esta mañana toque con Coldplay, Diana Krall, Roger Waters Pink Floyd, con Bersuit Vergarabat, con Clapton, con Queen, Pedro Aznar y con Raly Barrionuevo y La Juntada. Me siento un músico tan versatil...
Los sábados por la mañana son los días más lindos de mi vida. Música, sociego, buenos olores y sabores, la familia, mate y una notebook para plasmar en el lugar que quiera mis impresiones y sentimientos. Soy feliz. Con eso me basta. Claro, algunos dirán que soy mediocre y que me conformo con poco, y se podría responder que sí.
Hoy hay buen humor, por lo menos hasta que llegue ese maldito síndrome de domingos por la tarde, que hoy es nulo, inexistente e inoperante.

miércoles, agosto 15, 2007

Daniel Melero - El semillero y el microchip


En días jueves la redacción de el periódico es, por momentos, insoportable. Se acerca el fin de semana y comienza la cuenta regresiva para cerrar la edición. Corridas, celulares que suenan, correcciones, malidecencias al aire, estrés por doquier, puchos, puchos, más puchos.
Pido silencio porque tengo que hacer una entrevista telefónica y debo activar el altavoz del teléfono para grabar. Pero sé que mi pedido será en vano: todo el mundo está nervioso. Pecho a las balas, no juzgo, también yo me pongo insoportable cuando llega la hora del cierre.
“¿Hola?”, suena en el parlante chillón del aparato. “Sí... ¿Daniel?”, pregunto. (Hace un tiempo atrás llamé a Ligia Piro, me atendió Susana Rinaldi mamá de la muchacha. Yo ni sabía, y le corté porque Ligia no estaba. Gil).
“Sí, soy yo. ¿Cómo le va...?”, dice y apenas con el sonido cálido, amable y hospitalario de su voz, la redacción enmudece.
“¿Con quién habla Juan Pablo?”, se preguntan de mesa en mesa. “Con Daniel Melero”, se corre la bolilla.
Los ochenteros y noventeros de pura cepa saben bien quién es. Los amantes de la electrónica nacional actual también. Pero los periodistas de la redacción que hacen política, economía, campo, y quizá, algunos de los que leen la nota no.
Su nombre figura en más de cincuenta discos. Pionero de la música electrónica argentina, es el faro ineludible de toda tendencia vinculada al rock. Daniel Melero nació el 12 de enero de 1958 en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Argentina. Claro, nombrar ese barrio en Tucumán puede no significar nada, pero es un barrio con una avenida llamada Rivadavia donde proliferan cuadras y cuadras con bares, pubs, y discos de todos los géneros.
Se dio el lujo de grabar Canción animal junto a Soda Stereo, tan en boga por estos días y un disco electrónico junto a Gustavo Cerati que titularon Colores Santos.
Nombrar y contar cada uno de los discos en los que trabajó no se puede en este semanario, así que usted, preocúpese luego en buscar la info en Internet, que yo le propongo que lo escuchemos. Sí, que lo escuchemos, porque a Melero nunca se lo lee, siempre se lo escucha.
Quedamos en el “¿Cómo le va?”
- Qué buen laburo tenés...
- Yo no lo considero un laburo, creo que es más bien una vocación. El otro día hablaba con Diosques (uno de sus músicos y producidos), que casualmente es de Tucumán, y me decía “trabajar es tan feo que te pagan por eso”. Yo logré vivir de la música pero no era una meta en sí misma, era una intriga.
- ¿Desde qué edad tocás?
- Estudié guitarra dos meses cuando era chico. Era el peor del curso y la profesora se veía obligada a separarme del resto de los chicos que estudiaban.
- ¿Qué diferencia hay entre el músico de 20 años y el músico que ya está por cumplir los 50, que ya está dedicado a su esposa, a su casa...?
- Los discursos de uno tienden a cambiar. Cuando no cambian uno debería preocuparse. Creo que no hay nada más patético que un tipo grande hablando como si fuera un adolescente en sus letras. No es interesante ni para alguien que creció con él ni para un chico joven.
- Y en música parece que ese discurso se modifica... ¿Van teniendo mayor sensibilidad los discos?
- En el proceso que he tenido con la música, cada vez menos me interesan mis ideas. Me atraen más los contenidos que otros tienen y, casi te diría, administrar esas ideas y sumarle a eso una visión que tenga yo, pero recién en el último estado. Para mí, la mente es el lugar más aburrido que hay.
- ¿Creés que en Acuanauta (su último disco) se percibe esa sensibilidad?
- Siento que ese disco es como uterino. Hay como una especie de fuga absoluta y retorno. Pero en realidad los discos que menos recuerdo son los últimos y los otros los recuerdo más que nada a través de la gente. Cuando hago un disco estoy abandonando esas ideas. Acuanauta tiene más de un año y en este momento este buceador está en aguas profundas buscando otras cosas. Siempre me costó hablar de mis discos anteriores. Para mí, todos los discos son obras inconclusas.
- ¿Encontraste algo en esas aguas que estás navegando?
- Sí. En este momento estoy trabajando con el grupo con el que voy a ir a Tucumán, con un sistema muy extraño que consiste en que yo muestro un embrión de una canción, lo canto, y dejo una maqueta que no va a ser usada, y me voy, y ellos trabajan ahí sobre lo que les parece. Ese es el material de lo que está pasando en el disco que estamos grabando. Sería como un “produciendo a Melero” en donde Melero también se suma pero como post productor y me atrae mucho porque siempre he tocado con los músicos que admiro. Creo que haber llegado a este nivel de entregar este campo de la producción a otros sin excluirme, me está dando una cantidad de alegrías, ideas e impresiones fabulosamente nuevas con la música.
- Estás dejando “surgir a los pibes”…
- Sería un tonto si no lo hago. No lo hago porque sencillamente se me ocurrió a mí, porque sencillamente soy consciente de con quiénes estoy y por eso conviene correr el ego.
- Nombráme tres discos fundamentales para Melero…
- Si me tengo que ir a una isla desierta me llevo Low de David Bowie… (piensa)… mmmm… (piensa). No, me llevo solo ese para no tener tanto dilema. Es ese y me llevaría algunos libros y algunas películas como La venganza de Andrómeda, o cualquier película de Jodorowsky. De libros me llevaría… (piensa) Uf… “Ficciones” de Borges.
- Ese libro no parece tan loco como lo que nombraste…
- Estas equivocado... ¿eh? ¿Lo has leído?
- No…
- “Ficciones” es un libro tan importante que es el único libro que en las cátedras de física cuántica de la Universidad de Princeton es leído como materia debido a las ideas que contiene. Borges en ese libro plantea cosas que recién están empezando a ocurrir. Si querés ser físico, tenés que leer “Ficciones”. Para mí la física y la genética son las dos formas más altas de arte poético; mucho más que ciencia.
En ese instante le revelo a Melero que en la redacción no vuela una mosca y que todos, en sus escritorios, están escuchándolo solo a él. Se ríe y grita “¡disculpen!”.
La voz, la presencia y los relatos del músico nos hicieron olvidar del parlante chillón del teléfono. Pero claro, la mejor versión de Melero no es esa, sino su música, entre los sintetizadores, las laptops, su semillero de músicos, su pentagrama, desde siempre plasmado en un microchip desde siempre plasmado en pentagramas no en atriles, mas bien en monitores de LCD.






sábado, agosto 04, 2007

La otra noche




De amores pasados,
de debilidades consecuentes
de aguijones en la piel.

Después de esclavitudes perseverantes,
de detalles que desnudan.
Y así nos fuimos olvidando
de grilletes y ataduras.

Y el diablo metió cola y cizaña
y sin miramientos ella desnudó su espalda
ataviada de tatuajes
y de anhelos de caricias.

Y se volvieron pirómanos
e incendiaron sus vestigios.

Dos pezones como conos,
alumbrados por luz naranja
a la espera de una lengua
que amor destile,
que amor renazca.

jueves, agosto 02, 2007

Cruz diablo


No me gustan los ateos. ¿Sabés por qué? Porque cuando le preguntás “¿cómo estás?” te responden diciendo “bien, gracias a Dios”. Y cuando les preguntás "¿venís mañana?" te responden "si Dios quiere..."